y estamos llegando al invierno, segunda temporda tan cerca pero tan lejo de los mios, no es facil, es complicado, no sustentable a largo plazo, pero esforzando al maximo las garantias de seguir buscando un camino fortuito que me lleve a algun lugar conocido.
El invierno aqui es inclemente, no tiene pena, no tiene lastima, no tiene mas nada que frialadad para con quien le enfrente. Y aun asi muchas veces entre esa frialdad se consigue algo de calor, porque donde se mire, siempre hay alguien que te brinda de alguna manera u otra, una sonrisa o una mirada amable.
La ciudad cada dia se hace mas grande pero para mi se reducen los espacios, porque he podido conocerla un poco mas cada dia. Se hace corta a veces las hora para poder recorrerla pero es un gusto que pocos tienen y muchos desprecian. Y para mi el tiempo, las horas, los minutos y los segundos a veces parecen infinitos, como tambien otras veces pasan volando, cual cometa suelta al viento.
Esta ciudad se ha convertido en mi confidente, mi amiga, mi hogar, aunque el hogar sea tan grande que muchas partes no las conozca, aun asi, el invierno me pinta de blanco las paredes y los parques, no deja nada al descubierto y hasta depura las impuresas que muchos expian en los suyos.
No amo el invierno, pero no lo detesto, es alguien mas que viene de visita y solo se queda por una temporada para prestarme su humor y su condicion, para ayudarme de alguna manera u otra, a pasar la pagina de los calendarios...
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